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Algo sobre mí

Algo sobre mí

Empleado de banca jubilado, amante de la música y la literatura, la naturaleza y las humanidades. Nacido en Guadalajara y conocedor ferviente de la provincia. Actualmente con residencia en Madrid, después de un largo peregrinar por diversas ciudades en razón a mi profesión; que ahora con ilusión trato de vivir esta nueva aventura, pues siempre he creído que la providencia nos ha dado el sueño y la esperanza como compensación a los cuidados de la vida.

21 noviembre 2009

Los Óscar

A mi familia, para que la luz de la honradez ilumine sus caminos por la vida.


La gran ciudad llevaba varios días preparando los fastos con motivo de la ceremonia de entrega de los Óscar a los personajillos que más se han distinguido en la sociedad por sus múltiples vericuetos para medrar en fortuna, posición y notoriedad.

El país de la piel de toro asiste atónito, confuso y preocupado por el aluvión de nominados a los distinguidos premios y expectante por conocer los finalistas, que ya por los pueblos y ciudades se comentan nombres, tanto de personas de alto copete como de vulgares desconocidos, que han medrado previsiblemente a la sombra del poder, no obstante las prebendas que gozan los sufridos padres de la Patria, significándose por su desmedida ambición y codicia.

Por el partido Amarillo, en la tierra del silencio, la del tres por ciento, en un oasis de paz, presenta su candidato alias “Guante Blanco”, destacado personajillo que se ha significado por sus importantes “pelotazos”, trincando y estafando con desenfreno. También presenta otra candidatura, alias “El Melómano” por su habilidad en saquear las arcas de importante catedral de la lírica, dejándola en simple parroquia de barrio.

Por Corporaciones Gremiales, presenta clínicas abortivas, alias “El Herodes de la Rambla”, por sus carnicerías en nonatos, consiguiendo grandes cantidades dinerarias en atentar contra el derecho a la vida.

La ponencia presentada por el Partido Naranja, recae en varios personajillos dignos de recibir tan alto galardón, pero existen serias dudas sobre cual se decidirá el tribunal determinante, pues los méritos que acreditan los elegidos alcanzan altos grados del trinqui, fraude, saqueo de fondos públicos y otras lindezas que por las cifras obtenidas todos son merecedores de tan alta distinción.

Crece expectación especial la ponencia presentada por el partido Azulón, ya que la comisión para la designación de sus personajillos para los premios en cuestión, también tiene problemas para su elección por el alto número de candidatos, que se han destacado por sus trifulcas y componendas empleadas entre duelos y quebrantos para medrar, abuso de sus privilegios y tropelías, destacando también por su altanería y arrogancia.

Destacada mención merece la cofradía del ladrillo y la de los subastadores de sueños, con su solicitada mercancía de la pela, inundando de créditos a quienes no podían devolverlos, para provocar después una sequía asfixiante, presentando en su ponencia común a ilustres “pelapobres” por su desenfreno en amasar fortuna, esquilmando y empobreciendo a ciudadanos ingenuos, que por acogerse bajo un techo propio hipotecaron su vida, alma incluida.

También es bien considerada para la consecución del premio, las escandalosas remuneraciones y destacados blindajes económicos, que ya quisieran el común de los mortales.

Y entre otros gremios, a cual más significativo, que aspiran a situar a sus pupilos en los más altos pedestales hacia los Óscar, destaca la ponencia presentada por los defensores de los sufridos currantes, que después de pretender convencer hasta lo indecible su lucha por reducir la alta montaña de los que aspiran a laborar en este empobrecido país, sin conseguir no sea el primero de Europa en tan desgraciado tema, presentan a su honrado servidor alias “El Gozoso”, el de los pequeños placeres, que para celebrar los éxitos en defensa de los sin trabajo, lo celebra en el humilde restaurante “Periquito Rico”, donde aplaca sus refinados gustos por un módico importe de lo que cobra de pensión al mes una viuda.

Creo que conviene hacer justicia para los que realmente luchan por conseguir lo mejor para este sufrido país y sus ciudadanos, que merecen todos los elogios posibles, pero también hay que desenmascarar a los que no dando palo al agua, que son muchos, se les compensa su “ímprobo trabajo” con enormes prebendas y largo tiempo vacacional, que ya quisieran la mayoría de los ciudadanos, en algunos casos solo por pulsar un botón.

El disfrute de sus vidas es digno de análisis sociológico -que hasta los senadores romanos pudieran envidiar- por su suntuosidad y comodidad, provocando indignación entre los sufridos ciudadanos, que han de pagar con sus impuestos su desproporcionada buena vida, sin reparar por su egoísmo personal de la situación de la mayoría que se encuentran consternados, abrumados y abatidos por la cruenta situación de crisis, viviendo muchos al borde de la pobreza y otros recurriendo a centros de asistencia social para poder subsistir, y no pocos moviendo los contenedores de los supermercados para recoger los desperdicios.

Les cuesta trabajo asumir en conciencia lo evidente y dar ejemplo de moderación y sencillez, y de esta forma aplacar el pésimo concepto que se tiene de estos patricios modernos de la clase dirigente: política, empresarial, sindical, etc., de los que se tiene la impresión que acreditan derroche y despilfarro desmedidos.

Por los pueblos de la tierra ibérica, de las grandes gestas históricas de antaño, envidia de otras naciones, manantial de rico idioma hablado por cerca de cuatrocientos millones de personas, octava potencia mundial en los tiempos modernos, nadie parece ser capaz de poner freno a los desordenados en su afán de enriquecimiento por vías “extralegales”. Las oportunidades están al alcance de cualquier ciudadano por medios honrados, pero también están despejados los caminos obscuros para los inmorales, mangantes y oportunistas. En muchos casos aprovechando cargos públicos para rebasar la línea roja de la honorabilidad, entrando por caminos extraños en detrimento de la honradez y el decoro personal.

La sociedad está acusando a quienes deben imponer eficazmente orden en este desconcierto de principios morales, e instalar urgentemente la ética para recuperar la confianza y credibilidad de los escépticos ciudadanos, y que predomine la ilusión de un nuevo horizonte de reglas y principios, que termine con los personajillos que convierten en un lodazal el foro nacional.

Los que debieran dar ejemplo de integridad y defensa de los valores eternos, con una regla moral de conducta, nos despiertan frecuentemente con muestras de egoísmo, ambición y vicio que desemboca en corruptelas, provocando pésimo ejemplo en la ciudadanía, que se creía integrada en una sociedad vital de suma importancia y trascendencia, creando un marasmo en los principios esenciales que ponen en peligro el futuro de este viejo pueblo.

Viven en la ostentación y el derroche con tendencia a la corrupción por el afán de honores, gloria y dinero. No dignifican sus funciones, debilitando la vida pública en dedicarse a odiar, acallar o destruir a los contrarios, que no a los enemigos políticos, pese a la verdadera función que les ha encomendado la sociedad, traicionando el sagrado código deontológico de su principal deber: Dedicar su vida por la sociedad.

Mientras tanto: ¿Quien pone término a esta situación y quien o quienes deben de parar la carrera imparable de las cifras de los sin trabajo? ¿Cuándo el acuerdo, que todos los ciudadanos claman, para la regeneración de estas situaciones, y que el Gobierno e instituciones del Estado, partidos, sindicatos y empresarios frenen la situación que se está viviendo? Todos están en sus pedestales, pero no se les espera, pues sordos deben estar cuando no escuchan el clamor de la calle. Y todos en general se mueven en la demagogia como los peces en el agua. Elaborando mentiras con la misma habilidad que se dilapidan los fondos del Estado.

“En medio de la desolación siempre habrá un niño que nos mirará esperanzado, esperando algo de nosotros, y aún en medio de una tormenta, por algún lado saldrá el sol, y en medio del desierto crecerá una planta y seguiré gritando cuando otros callen”.

Según texto de autor desconocido. 


Madrid, Noviembre 2009