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Algo sobre mí

Algo sobre mí

Empleado de banca jubilado, amante de la música y la literatura, la naturaleza y las humanidades. Nacido en Guadalajara y conocedor ferviente de la provincia. Actualmente con residencia en Madrid, después de un largo peregrinar por diversas ciudades en razón a mi profesión; que ahora con ilusión trato de vivir esta nueva aventura, pues siempre he creído que la providencia nos ha dado el sueño y la esperanza como compensación a los cuidados de la vida.

17 febrero 2011

A un buen amigo


Por razones profesionales, nuestras vidas se cruzaron hace tiempo en un lugar de La Alcarria, y hasta hoy lo considero como mi cuarto hermano, que tres de sangre tengo, pues nada es tan grato al espíritu como la fiel y dulce amistad.

Recorrimos aquellas tierras de buen cordero, rica miel y agradable vino, para captar clientela para la empresa en la que ambos trabajábamos. Laborando luchó en el corazón de La Mancha y como preciado galardón recaló en Guadalajara-capital, en la apoteosis de su carrera profesional, dejando huellas evidentes de su rica personalidad como hombre de bien, y me consta que recibió merecido respeto y afecto de los que le conocieron.

Mi personaje y amigo es persona virtuosa, que siempre ha gozado de buenos principios, éticos y morales. De él se desprende un alma noble y sencilla.

También tiene espíritu literario, pues su fina pluma ha narrado bellas historias de vivencias e invenciones, con buen dominio de nuestro idioma y fino humor. Sentido del humor que ha mantenido hasta hoy, pese a las sombras que siempre acechan a toda andadura humana. Fruto de todo ello ha sido el resultado de varios libros, algunos ya editados.

Su cariño hacia mi Guadalajara lo ha manifestado fervientemente en toda ocasión, creo que en justa correspondencia del aprecio recibido, pues su apego está tan arraigado que lo ha hermanado a su querida tierra toledana, que en Escalona del Alberche nació y en Toledo capital desarrolló su vida hasta que inició su peregrinar por otras tierras. En la Ciudad Imperial conoció a su amada Ita, formando feliz y extensa familia, que prolíficos fueron dando la vida a ocho hijos.

Por todo ello me agrada rendir sencillo homenaje, una vez más, a mi querido amigo, el hidalgo toledano llamado JOSE MUÑOZ BLANCO, publicando en mi blog el escrito que él publicó hace tiempo en el semanario “Flores y Abejas” de Guadalajara; uno de tantos que tiene recopilados en diversos tomos, y que por su contenido he seleccionado, por ahora, que algunos más tengo preparados para ocasiones posteriores. También uno de los 277 chistes que en su momento editó, fruto de su chispa de humor, y que yo repaso cuando tengo el ánimo decaído.

Los citados escritos, que transcribo a continuación, espero sean del agrado de quienes los lean.

Eugenio
Madrid, Febrero de 2011                    


                                     MI INVITACION A CONOCER TOLEDO

Alcarreño, ¿Conoces Toledo? ¿No? Pues te invito a conocerlo.

¿Por qué? ¡Soy toledano! Toledano ausente desde hace unos años de esa mi muy querida ciudad, a la que añoro –próxima y remota a la vez- obligada la ausencia por razones de trabajo.

Vivo en Guadalajara, hospitalaria y tranquila, entrañable y acogedora. Conozco, por pisarlas, tu Sierra y tu Campiña y tus tierras del Señorío- La bondad de sus gentes me ha hecho quererlas –quereros- con el profundo afecto que sabéis ganaros cada día. Soy, por tanto, deudor. 
¡No!, no pretendo, por no poder pagar, dejar saldada mi deuda. Con mi invitación, en la medida de lo posible, solo quiero entregarte algo de lo que tengo: junto con mi gratitud, el conocimiento de mi tierra y el regalo de su contemplación.
¡Vente, pues, conmigo, a Toledo!

Admirarás sus callejuelas y sus cuestas, sus cobertizos, sus patios y sus simpar monumentos. Acompáñame, y en tanto paseamos, cansándonos en subir y bajar, te contaré leyendas que concordarán con cada casa, morisca o cristiana, que yo te iré mostrando.

Iremos a su catedral, y a su Casa del Greco; y a su mezquita del Cristo de la Luz, y a su Alcazar, y a su Puerta del Sol.

Andaremos por su paseo del Miradero y por su plaza de Zocodover. Y te hablaré de su Instituto, antigua Universidad y, luego, desde la ermita de la Virgen del Valle o desde la Peña del Rey Moro, observarás como el Tajo bordea nuestra ciudad, formando foso que antaño sirviera de defensa.

Te hablaré, combinando historia y mito, de Florinda “La Cava”; del reyezuelo moro Anrú y de su noche toledana; de Alfonso VI y de sus amores con Zoraida, la del “Pozo Amargo”. Te contaré de Juanelo Turriano y de su “hombre de palo”. Y del Greco y de Carlos I y de Juan de Padilla.

Cada piedra que aparezca a nuestro paso por Santo Domingo el Real o Santa Leocadia, o San Clemente, o Santo Tomé, o el Tránsito, o San Juan de los Reyes, me dará pié para, creo que sin cansarte, transmitirte un poco de mi saber toledano.

Toledo, mi Toledo y desde ahora el tuyo, no necesita de aditamentos para ser admirado. Lo comprenderás tras la visita. Por algo llegó a merecer de Cervantes esa frase que tan bien lo define: “Peñascosa pesadumbre, gloria de España y luz de sus ciudades”. ¡Nada más cierto!

Entenderás por qué, el toledano-toledano como yo, ebrio del encanto de su pueblo, se atreva a insinuar que, así como el mahometano debe visitar la Meca si quiere, luego, alcanzar el Paraíso, ningún español, del norte o del sur, del este o del oeste, debiera morir satisfecho sin conocer la Ciudad imperial.

¡No!, Toledo no necesita de aditamentos, pero los tiene.

Hoy, precisamente hoy, Toledo añade a cuanto tiene, para ti y para mí –para todos- una muestra del hacer diario de sus gentes y de esas otras gentes que, en concordia y paz, viven en esta porción de España que se llama Castilla-La Mancha.

¡Aprovechemos nuestra visita!

Hasta este momento, te habré enseñado el Toledo histórico, legendario, monumental y glorioso, pero no nos vayamos aún.

Otros hombres, tal vez conociendo nuestra convenida visita, han preparado para nosotros una muestra de su hacer diario. Van a enseñarnos, a los dos, cómo, con sudor y esfuerzo, se gana Castilla-La Mancha ese “pan nuestro de cada día”.

Toledo pone el marco y Castilla-La Mancha cede el contenido. Y así, Albacete, Ciudad Real, Cuenca y tu Guadalajara y mí Toledo, se hermanan y se abrazan al cobijo del maravilloso patio de Tavera. Y se enseñan y se cruzan y se ceden lo mejor que tienen: el obrar de sus hijos.

¡Aprovechemos la ocasión que se nos brinda! Al susurro de un pasado glorioso, vamos a ver la realidad de un prometedor presente.
Por nuestra parte no haremos distinción. La madera, el tejido, el acero, el bronce, el hierro, el barro; todo será un primor, como fruto y exponente de la laboriosidad, del tesón y la habilidad de estos hombres nuestros, los de nuestra tierra, que a fuer de sencillos, son hombres de bien.

Y así, la cuchillería de Albacete se mostrará contenta junto a la espadería toledana; y el encaje de Almagro se encontrará más “hueco” al lado de la labor de Lagartera. Y el mueble de Pastrana u Horche se arrimará gustoso al de Villacañas, o al de Yuncos, o al de Illescas.

Seguro que no nos hartaremos de ver. Nuestra artesanía es rica en cantidad y calidad; y por supuesto, no nos vendremos sin contemplarla toda.

Luego, si quieres, para festejar nuestro viaje y para reponer fuerzas, que la jornada habrá sido dura, comeremos en amor y compañía donde te plazca.

Tampoco, entonces, discutiremos la procedencia de la perdiz, sea cazada en Albacete o Cuenca, en La Mancha o en La Alcarria. ¡Tampoco el vino! “fruto de la vid y del trabajo del hombre”.

Es más: Degustaremos el de Villarrobledo y el de Valdepeñas, y el de Alcazar de San Juan y el de Daimiel; y el de Manzanares y el de Fuensalida, y el de Méntrida, y el de Montearagón; y también el de tu Mondéjar.

De postre, mezclaremos tus bizcochos borrachos con mi mazapán, a los que obligadamente añadiremos nuégados manchegos y cualquier otro producto de los muchos que nos ofrece nuestra Patria Chica.

Y como nuestro Quijote y su Sancho, durante el regreso alternaremos personajes, volveremos caminantes a tu Guadalajara, en la que, de ahora, para siempre, sabes cuentas con un amigo.

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       CHISTE NUMERO 167 DE SU COLECCION ENCUADERNADA CON EL TITULO

                                      ¿TE SABES ESE DE …?

“El titular tuvo que abandonar por un momento la farmacia, dejando a su cuidado a su hijo, estudiante de primero de carrera, sin conocimiento alguno de farmacología.
En esto, se presenta el alcalde del pueblo, atacado de un fuerte gripazo, acompañado de una tos “perruna”, exigiendo atención inmediata.
Acostumbrado a mandar. Pidió el remedio para la tos, de manera tal, que el muchacho, aturdido, le entregó lo primero que encontró a mano. Cuando el padre volvió, le contó lo sucedido, al tiempo que le indicaba la medicina que le había despachado.
¡Cielo santo! Exclamó el farmacéutico. Si resulta que le había dado “Evacuol”.
“Seguro que este hombre se nos está cagando patas abajo”
Salió corriendo en busca del alcalde a fin de remediar, si posible fuera, la metedura de pata de su hijo, cuando se lo encontró al alcalde abrazado a una farola.
¿Sigue usted tosiendo? Le preguntó, a lo que el otro, a media voz, apenas pudo responder: ¡Sí, sí!, ¡cualquiera tose!

José Muñoz Blanco