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Algo sobre mí

Algo sobre mí

Empleado de banca jubilado, amante de la música y la literatura, la naturaleza y las humanidades. Nacido en Guadalajara y conocedor ferviente de la provincia. Actualmente con residencia en Madrid, después de un largo peregrinar por diversas ciudades en razón a mi profesión; que ahora con ilusión trato de vivir esta nueva aventura, pues siempre he creído que la providencia nos ha dado el sueño y la esperanza como compensación a los cuidados de la vida.

02 junio 2017

AMIGOS PARA SIEMPRE


Hacía una hermosa mañana primaveral, con sol espléndido y un cielo azul profundo. Anunciaban los meteorólogos que se llegaría a los 25 grados. Los primeros días de mayo habían sido muy variables, alternando días frescos, por sucesivas borrascas que entraban por el Atlántico, y días calurosos por anticiclones, propios de las fechas próximas a la entrada del verano.

Las fiestas de San Isidro, Patrón de la capital del Reino, estuvieron muy lucidas y vividas con toda solemnidad, haciendo honor al refrán: San Isidro quita el agua y saca el sol. Hubo una exaltación de gozo de los madrileños y visitantes, y también en los negocios en general, facilitando toda clase de diversiones.

Un día de la última semana de mayo, como venía siendo costumbre todas las semanas del año, a excepción de los meses de verano, un grupo de antiguos compañeros y buenos amigos se reunían para desayunar en una conocida cafetería-churrería. Ezequiel, el más joven de ellos, había llegado el primero y tomando asiento esperó la llegada de los demás concurrentes.

Esperaba pacientemente sin tomar refrigerio alguno, pues normalmente se le indicaba al camarero, sea quien fuere el que llegara primero, retrasara el servicio hasta llegar los demás.

Ezequiel, era un hombre prudente y sincero, amigo fiel de sus amigos, para el que la amistad era virtud inquebrantable. En ocasiones recordaba: que los amigos son como las estrellas, que no hablas con ellas, pero tú sabes que siempre están allí; que un amigo es un hermano que elegimos, y más aún, que su amistad es de los mejores regalos que la vida te puede dar.

Desde hace años, después de la jubilación, hubo buen número de compañeros afines que decidieron reunirse con el fin de hacer la vida lo más agradable posible, hablando de todo un poco y contando anécdotas de sus vivencias personales. Con el paso del tiempo, los inevitables procesos de enfermedades y fallecimientos, quedaron unos pocos y ahora tan solo son cuatro, y de vez en cuando otro más, al que llaman el Guadiana, que aparece y desaparece con relativa frecuencia, pero su verdadero nombre es Armando. Persona afable y educada, que le gusta  comentar coloquialmente con los demás amigos cualesquiera que sean los temas que se traten.

Armando también es persona de buenos conocimientos musicales, asistiendo con frecuencia a los conciertos que se celebran en el Auditorio Nacional de Música y a las óperas que se representan en el Teatro Real.

También Ezequiel es buen aficionado a la música, asistiendo gran parte de los jueves en la temporada de los ensayos de la Orquesta de la RTVE en el Teatro Monumental de Madrid, acompañado de  otros buenos amigos.

A Ezequiel le gusta escuchar, dando preferencia a los demás, pues cree que sus experiencias no tienen el relieve de sus contertulios, aunque su recorrido por la vida ha sido largo, pero estima que los demás tienen más escuela, como se suele decir, o más experiencia, no solo por ser algo más mayores, sino porque entendía que el destino de ellos había sido más dinámico; no obstante aprovechaba el momento oportuno para emitir sus impresiones de aquello que conociese sin lugar a dudas, entrando al trapo como dicen los taurinos, sin ningún reparo y le sale la chispa de su humilde sabiduría.

Es un observador nato, prestando especial atención a las muchas cosas que desconocía, especialmente lo relacionado con el amplio mundo taurino, que tanto demostraba conocer Samuel. También buen conocedor del tema por parte de Lázaro, y de lo relacionado con el vino, oriundo de una de las comarcas vinícolas de España. Y qué decir del maravilloso firmamento del arte pictórico que representa Jónatan, en el que ha vivido y lo lleva en lo más profundo de sus entrañas, presentando sus obras en infinidad de exposiciones, una última no hace mucho tiempo.

Poco tiempo tuvo que esperar, pues a lo lejos venían como inseparables en el tiempo, desde que se conocieron muchos años atrás, Jónatan y Samuel. El primero andaba pausadamente, pues últimamente se le apreciaba problemas en las articulaciones inferiores, pues no en balde sentía el peso de los años, aunque en ningún momento perdía su buen sentido del humor, y siempre tenía una gracia ingeniosa, especialmente hacia las camareras que les atendían. Se aprecia en él que en su juventud debió de ser un buen galante. Es una persona creativa para el arte pictórico y poético, y de un talento incalculable, quizás no reconocido suficientemente por el amplio mundo de las bellas artes; pero sobre todo  se trata de una buena persona digna de toda admiración. Todos los amigos se sentían orgullosos de estar a su lado y le tienen alta estima.

Samuel, que aparecía con paso firme y recto como era su forma de andar, aunque ahora más lento para acompasar el paso al de su amigo Jónatan, al que le tenía especial afecto, no obstante discutieran por el arte pictórico de éste, que no reconocía como bueno cuando en sus cuadros no expresara las formas sencillas del clásico realismo, al que su autor llamaba cariñosamente “sus marujas”, por ser estilo más entendible por el común de los mortales. Le contestaba afeándole su falta de entendimiento del arte que expresaba en sus diversas formas cromáticas, concepciones creativas más próximas al impresionismo.

Samuel era una persona de fuerte carácter, hecho asimismo desde su temprana edad. En ocasiones manifestaba una simpatía visible por la suerte afortunada de un hombre nacido en lo bajo, viviendo momentos difíciles, pero acertando por la congregación religiosa en la que forjó las bases de su futuro. Sentía un profundo agradecimiento por las consideraciones  que recibió, en lo que se refería a los procedimientos pedagógicos, a su inicial cristianismo y a la situación personal durante su juventud, que fueron fuertes cimientos para el devenir de su futuro.  Sentía cierto orgullo por haber superado las dificultades en el transcurrir de su vida,  que superó con gran tesón y fuerza de voluntad dignas de admiración. A veces su emoción le embarga, especialmente, en el recuerdo de su querida madre, por la que sentía especial devoción, y en sus sonrojados ojos se aprecia una furtiva lágrima.

Tiene una memoria especial que le sirve para recordar un rico anecdotario de sus momentos profesionales en particular, que sirve para entretener a los contertulios amigos y ameniza el tiempo que pasan juntos. Como ya se dijo, es buen aficionado a los toros y del mundo que lo rodea, que de ello es buen conocedor,  y que a Ezequiel le encanta conocer ese fascinante espectáculo, tan repudiado por algunos, pero querido por los más en toda España. También en buen amante de la ópera, a cuyo espectáculo ha asistido con mucha frecuencia.

Lázaro tardó algo más en llegar, pues tenía sesión de fisioterapia, que como casi todos los amigos algún problema muscular adolecían. Es una excelente persona, ahora preocupado por serios problemas de salud de la esposa, que lo supera en parte por su fuerte personalidad y en algo colaboraban sus amigos al estar en la tertulia distrayendo sus problemas. Pero en particular todos aprendían sobre el universo vitivinícola, en el que está muy entendido, que de buena tierra de viñedos venía: Extremadura.

De aquella tierra buen recuerdo tenía Ezequiel, que según contaba con emoción, en otros tiempos por allí paso de joven visitando a su familia, viajando con una moto-Vespa. ¡Qué valor había que tener! y hasta acercarse a visitar la tierra de María Santísima entrando ileso por el Puente de Triana, donde le esperaba su novia, la que después sería su compañera y hasta la fecha. En otras ocasiones lo haría directamente desde Guadalajara, recorriendo cerca de seiscientos kilómetros. ¡Locuras de amor!

Ya estaban los cuatro que con más frecuencia asistían. Al tiempo que pedían sus consumiciones, se lamentaban de la climatología tan alterada por las sucesivas borrascas, lamentándose de que les estaban robando la primavera. Pero con cierta razón asentían que todavía vendrían bellos días primaverales hasta llegar el sofocante calor del verano.

Al rato llegó Armando, disculpándose en esta ocasión, por sus citas en sesiones de terapia deportiva: natación y otros medios sanativos. Además cultiva el elitista deporte del golf, juego de origen escocés que consiste en meter una pelota en hoyos sucesivos, en cuyo juego  o deporte están poco o nada cultos los demás tertulianos, por lo que de ese tema se comenta de tarde en tarde. Lo poco que sabe Ezequiel es que los hoyos suelen ser 18, y que se utilizan varios palos para pegar a la pelota. Al final de aquella jornada, cuando ya marchaban a tomar el vino, le sugirió a  Armando que algún día tendría que ilustrar a los demás amigos sobre este desconocido deporte.

Charlando de todo un poco, de lo humano y de lo divino, y algunas veces de las divinas féminas de escultural belleza que pasaban por la acera, enfrente de ellos, como si de una pasarela se tratara, felizmente disfrutaban la mañana.

Narraban vivencias profesionales y anécdotas simpáticas. También estaba presente, y como no, la salud y los problemas que ocasionan en la aventura de sus vidas, pero no era el motivo principal de sus charlas, pues evitaban entrar en una competición perniciosa que suele resultar ridícula, cuando entre los mayores entran en esas discusiones, contagiosas y perjudiciales para cualquiera que tenga animosidad de espíritu dinámico. Hacían alusiones pasajeras resistiendo cada uno con sus problemas, como simples soplos naturales que zarandean sus longevos cuerpos, por el paso de los muchos años vividos, que asumían con valentía y naturalidad envidiable, agradeciendo a la Divina Providencia que les permitía haber llegado felizmente a esa etapa jubilosa de la que estaban orgullosos.

Todos ellos son espíritus despiertos, con inquietudes literarias, musicales y pictóricas, sobre asuntos políticos de actualidad que tanto inquieta al común de los mortales de este país. No olvidan que su tiempo está limitado, pero lo aprovechan sabia y racionalmente, conciliando sus afectos familiares con los de sus amigos, y las aficiones de cada uno.

Son felices a pesar de sus limitaciones, y en el ocaso de sus vidas se comportan con tenacidad y humildad, y se esfuerzan en corresponder de una manera humana con la mirada tranquila en el devenir de su aventura por este mundo. Se complacían en plantear  cuestiones sobre lo efímero de las cosas mundanas y de la teología sobre la inmortalidad del alma; sobre las creencias religiosas y sus pasiones, temas elevados que les suscitan controversias sin fin.

Después de tomar su desayuno y del buen rato de amena charla, en otros lugares no muy lejos del lugar donde están no desaprovechan la ocasión de tomar un vino y aperitivo, que anima sus espíritus, y en ocasiones se quedan a almorzar. Siempre con ánimo dinámico y nunca dan motivo para que se rompa su sólida amistad.

Pero aquella mañana estaban aún más felices, unos por los acontecimientos que se habían desarrollado, y otros en marcha para deleite y satisfacción de los sentimientos propios que les afectaba: Que el Real Madrid nuevamente campeón de liga, y que próximamente jugará la final de la Liga de Campeones, jugando contra el Juventus, en la ciudad de Cardiff, en Inglaterra, a por la l2. Que el Atlético de Madrid, que ha quedado tercero en la liga de Primera División jugará campeonato en liga europea. Que el Real Murcia, el segundo en Segunda División B, juega la Play-Off para la Segunda Adelante, y asimismo el Club Deportivo Guadalajara, en Tercera División, también aspira a pasar a la Segunda División B. Que el gran torero peruano Roca Rey sigue saliendo triunfante en las plazas españolas. Que se anunciaba en el Teatro Real la famosa obra de Bellini: I Puritani. Y una primicia muy interesante, que Jónatan tiene proyectada otra exposición con desconocidas obras, y con intención de presentar también su inédito y muy esperado libro multifacético enriquecido con la inserción de fotografías de sus lienzos.

La verdadera amistad que no puede ni debe ser sospechosa de nada, normalmente se acrecienta aún más en el crepúsculo de la vida de las buenas personas, cuando sus almas son crisoles de los más limpios sentimientos, y la misericordia brilla más que la justicia, y el horizonte es más puro y libre de tibiezas.

Ezequiel recordaba a sus amigos una frase de Montalbán: -Cuando Sancho propone a Don Quijote continuar la aventura, es porque sabe que si Don Quijote no existiera también él dejaría de existir.

Y terminó diciendo a sus amigos: -Sigamos pues con nuestra aventura.

Eugenio     1 de Junio de 2017